CARACTERIZACIÓN DE LAS PEQUEÑAS EMPRESAS DE CONFECCIÓN DE ROPA Y SU INCIDENCIA EN LAS RELACIONES LABORALES.
Ante las nuevas realidades enmarcadas en un proceso de cambio a gran escala en el que los países tienen que acoplar sus estructuras productivas a los nuevos paradigmas industriales, para poder sobrevivir en el dinámico y cambiante mundo de la nueva economía. Este nuevo enfoque representa cambios no solo en las formas de gerenciar los negocios, sino también el actual paradigma de desarrollo a partir del rol que juega la pequeña empresa en los procesos de desarrollo de los países emergentes. Las pequeñas empresas son una parte vital del sistema de producción en cualquier país por esta razón es necesario formular políticas específicas de promoción y de protección que generen las condiciones adecuadas para el desarrollo competitivo de estas nuevas unidades productivas.
Durante los últimos dos años nuestro país viene diseñando e implementando políticas dirigidas a fortalecer las pequeñas empresas, con el propósito de abrir la economía y el mercado nacional a la competencia y a la inversión de nuevos actores, tales como empresas familiares, asociaciones comunitarias, cooperativas, pequeños empresarios, entre otros. Dichas políticas han originado un crecimiento acelerado de pequeñas empresas, sin embargo, su nivel de desarrollo ha sido lento en términos de productividad y competitividad.
La pequeña empresa venezolana se caracterizan por poseer baja dotación de capital, tecnología obsoleta, producción artesanal y una combinación de fuerza de trabajo asalariada y familiar que conlleva a relaciones laborales informales y flexibles dando cabida a una alta rotación de personal debido a que las modalidades de contratación en su mayoría son eventuales, lo cual implica inexistencia de derechos laborales y a su vez falta de protección laboral, económica y de seguridad social, provocando inestabilidad e incertidumbre en la fuerza de trabajo.
El sector de la pequeña empresa venezolana esta conformado por microempresas familiares informales las cuales generalmente funcionan en la casa del dueño, su producción esta dirigida hacia pequeños mercados, y no cuentan con financiamiento. Las microempresas familiares con acceso a crédito formal por intermedio de la banca o del Estado que operan con pocos trabajadores, en su mayoría parientes del dueño; y las microempresas conducidas por un profesional, operan con una inversión relativamente alta, utilizan maquinaria moderna y emplean mano de obra compuesta por personas que no hacen parte de su entorno familiar.
Por otra parte, se encuentran las cooperativas, las cuales estan conformadas por un grupo de personas que se unen para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales.
De lo anterior se puede deducir que las pequeñas empresas venezolanas carecen de una estructura organizacional definida inmersa en una en una economía capitalista, que concentra sus acciones y a los trabajadores en un mismo espacio, quienes realizan sus labores bajo el control de los dueños del capital, por lo cual la división técnica el trabajo es impuesta por él, quien organiza, planifica y controla la producción, y los trabajadores cumplen las Órdenes de qué hacer, cómo hacerse y el tiempo exacto para realizarlo, es decir, el trabajador es un simple sujeto ejecutor que realiza una sola operación muy especializada, que le permite adquirir habilidad y precisión, así como aumentar el rendimiento en un proceso donde las máquinas están dispuestas en línea, y las piezas se trasladan de un trabajador a otro. Por tanto, el dueño ejerce un control sistemático y directo sobre todas las acciones que se realizan y de quién las realiza, con el objeto de asegurarse que las órdenes se estén ejecutando, que los trabajadores empleen su tiempo al máximo, sin recurrir a la holgazanería o al tiempo libre que impida una mayor producción en menor tiempo.
Vivimos en un mundo en el que la globalización del mercado obliga a que las diversas economías se diseñen estrategias que permitan mejorar sus capacidades competitivas. Estas estrategias fundamentadas en procesos de mejoramiento continuo de la productividad, los productos, la tecnología y los procesos productivos, mediante su la flexibilización de sus estructuras, logrando el aplanamiento organizacional lo cual permite permiten una mayor descentralización de la toma de decisiones y de responsabilidad y la supresión de parte de sus procesos, para subcontratarlos con otras empresas, es lo que se ha denominado externalización, desverticalización o flexibilización funcional. Esta estrategia empresarial busca reducir los costos laborales, expandirse en el mercado y alcanzar un alto nivel de competitividad, lo cual conduce a las empresas a modernizar los sistemas de información, con el propósito de elevar la productividad del trabajo y el rendimiento del capital.
Ante las nuevas realidades enmarcadas en un proceso de cambio a gran escala en el que los países tienen que acoplar sus estructuras productivas a los nuevos paradigmas industriales, para poder sobrevivir en el dinámico y cambiante mundo de la nueva economía. Este nuevo enfoque representa cambios no solo en las formas de gerenciar los negocios, sino también el actual paradigma de desarrollo a partir del rol que juega la pequeña empresa en los procesos de desarrollo de los países emergentes. Las pequeñas empresas son una parte vital del sistema de producción en cualquier país por esta razón es necesario formular políticas específicas de promoción y de protección que generen las condiciones adecuadas para el desarrollo competitivo de estas nuevas unidades productivas.
Durante los últimos dos años nuestro país viene diseñando e implementando políticas dirigidas a fortalecer las pequeñas empresas, con el propósito de abrir la economía y el mercado nacional a la competencia y a la inversión de nuevos actores, tales como empresas familiares, asociaciones comunitarias, cooperativas, pequeños empresarios, entre otros. Dichas políticas han originado un crecimiento acelerado de pequeñas empresas, sin embargo, su nivel de desarrollo ha sido lento en términos de productividad y competitividad.
La pequeña empresa venezolana se caracterizan por poseer baja dotación de capital, tecnología obsoleta, producción artesanal y una combinación de fuerza de trabajo asalariada y familiar que conlleva a relaciones laborales informales y flexibles dando cabida a una alta rotación de personal debido a que las modalidades de contratación en su mayoría son eventuales, lo cual implica inexistencia de derechos laborales y a su vez falta de protección laboral, económica y de seguridad social, provocando inestabilidad e incertidumbre en la fuerza de trabajo.
El sector de la pequeña empresa venezolana esta conformado por microempresas familiares informales las cuales generalmente funcionan en la casa del dueño, su producción esta dirigida hacia pequeños mercados, y no cuentan con financiamiento. Las microempresas familiares con acceso a crédito formal por intermedio de la banca o del Estado que operan con pocos trabajadores, en su mayoría parientes del dueño; y las microempresas conducidas por un profesional, operan con una inversión relativamente alta, utilizan maquinaria moderna y emplean mano de obra compuesta por personas que no hacen parte de su entorno familiar.
Por otra parte, se encuentran las cooperativas, las cuales estan conformadas por un grupo de personas que se unen para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales.
De lo anterior se puede deducir que las pequeñas empresas venezolanas carecen de una estructura organizacional definida inmersa en una en una economía capitalista, que concentra sus acciones y a los trabajadores en un mismo espacio, quienes realizan sus labores bajo el control de los dueños del capital, por lo cual la división técnica el trabajo es impuesta por él, quien organiza, planifica y controla la producción, y los trabajadores cumplen las Órdenes de qué hacer, cómo hacerse y el tiempo exacto para realizarlo, es decir, el trabajador es un simple sujeto ejecutor que realiza una sola operación muy especializada, que le permite adquirir habilidad y precisión, así como aumentar el rendimiento en un proceso donde las máquinas están dispuestas en línea, y las piezas se trasladan de un trabajador a otro. Por tanto, el dueño ejerce un control sistemático y directo sobre todas las acciones que se realizan y de quién las realiza, con el objeto de asegurarse que las órdenes se estén ejecutando, que los trabajadores empleen su tiempo al máximo, sin recurrir a la holgazanería o al tiempo libre que impida una mayor producción en menor tiempo.
Vivimos en un mundo en el que la globalización del mercado obliga a que las diversas economías se diseñen estrategias que permitan mejorar sus capacidades competitivas. Estas estrategias fundamentadas en procesos de mejoramiento continuo de la productividad, los productos, la tecnología y los procesos productivos, mediante su la flexibilización de sus estructuras, logrando el aplanamiento organizacional lo cual permite permiten una mayor descentralización de la toma de decisiones y de responsabilidad y la supresión de parte de sus procesos, para subcontratarlos con otras empresas, es lo que se ha denominado externalización, desverticalización o flexibilización funcional. Esta estrategia empresarial busca reducir los costos laborales, expandirse en el mercado y alcanzar un alto nivel de competitividad, lo cual conduce a las empresas a modernizar los sistemas de información, con el propósito de elevar la productividad del trabajo y el rendimiento del capital.
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